miércoles, 3 de septiembre de 2014

Querida Karacolita,

 Hoy es mi día libre y lo que suelo hacer antes de los días libres es tomar uno o dos gin tonics mientras veo una película. Pero ayer no sé cuantos me tomé, tampoco recuerdo la película. Sé que fueron más de dos. Uno se me derramó sobre los muslos así que tuve que cambiarme de ropa y allí me di cuenta, al bajar la cabeza para quitarme los pantalones, que estaba borracha. Me he despertado a las 7am y te escribo para distraerme de las nauseas y el sudor. Para mí, siempre, escribir me distare de algún cuco, desde la resaca, hasta esos cucos mayores que existen, pero mejor ni los invoco, porque tengo suficiente con el cuco gin tonic de hoy.

 (¿Qué ideas débiles se te instalan?)

 Entiendo lo que me dices con eso del lenguaje. A mí también me cuesta expresarme, por eso no escribo de la manera en la que escribía antes, como un caballo salvaje; o como bailando Tabaco y Ron a las 4 am en alguna fiesta de mi barrio. Estoy un poco envuelta en algo, como un capullo poliéster. Creo que es porque ando mucho en silencio y pienso en imágenes. A pesar de dominar el noruego, no he querido o podido que ese lenguaje domine mis pensamientos. Cuando pienso, son dibujos con subtítulos o, simplemente, palabras aisladas de luz de neón de pollería; hay cosas en movimiento, sonidos, es bastante caótico. Esto me pasa desde hace algunos años. Antes pensaba como una película dirigida, producida y realizada; ahora es la cola del casting, los extras, el director, los protagonistas, los escenarios; todos mezclados como si todos se hubieran tomado la misma cantidad de gin tonic y al final siempre se les cae el vaso, y no hablan, solo se miran, hacen gestos, se mueven. Mi cabeza es como el centro de Lima que me describes, con el olor a orina y de vez en cuando los pirañas y los locos calatos me molestan cuando estoy mirando esos puestos de cachivaches made in china.

 Estoy botando cosas de mi casa. He botado treinta y cinco kilos de basura: trapos, cajas, una impresos vieja, partes de cosas que no sé qué eran, plásticos, tarros, ropa vieja. También encontré unos casetes de video que no quiero ni ver, porque si de máquinas del tiempo para el pasado se trata, quiero que me lleve bien atrás, a alguna caverna o a la época del virrey, solo para andar de tapada y caminar encorsetada por la alameda de mi barrio. No quiero ser la Perricholi, pero tampoco estaría mal divertirse con ella. A propósito del virreyes y cosas, mi abuela contaba una anécdota que al virrey Abascal, le mandaron un paquete que contenía estas tres cosas: habas, cal, y sal. Así de sutiles eran en esos tiempos, al parecer.

 Creo que aprender un idioma, te va a dar una nueva cabeza. Es decir, si crees que te está creciendo algo en la cabeza, cuando aprendas otro idioma, te van a crecer más cosas en la cabeza, así como una madreselva con flores, caracoles salvados del aplastamiento, gatitos escondidos, saltamontes y todo lo demás.

 Santa Rosita estaba más locaza que tú y yo sin Risperidona en el jirón Camaná antes de que se nos acaben las monedas para la rockola. En el colegio, una vez nos mandaron a dibujar algún pasaje de su vida y a mí me tocó su niñez, o sea, la parte más monse. Yo quería dibujar sus látigos y espinas, o si no, dibujarla finada en su cama de rousas (acuérdate de Bon Jovi que la cantaba en español), pero la dibujé en su cuna con cara de rosa y a su lado, un señor con bigote y una señora con moño y falda larga, ambos tenían cara de !oh, mi hija es una rosa!. O sea, de cojudos.

 Saluda a Joaquín por su cumpleaños, dale un abrazo de mi parte. Somos hijos de septiembre, productos del panetón, del champán Nochebuena, de los cuetes (no voy a escribir 'cohetes' porque en mi barrio todos reventábamos 'cuetes') y demás parafernalia. Le deseo un feliz cumpleaños. A lo mejor se acuerda de mí y de que lo entrevisté cuando se escapaba de las lentejas de tu mamá. Mi mamá también hace matasca (sí, con M) pero no es bueno pensar en esa comida cuando se está con resaca.

 Voy a tratar de dormir.

 Abrazos,

 C.

 PD: Me gustaría ver el documental de Eielson. Hace algunos años encontré un documental sobre él que se llamaba "Vivir es una obra maestra" ¿Lo has visto?

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